viernes, 20 de mayo de 2011

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Lo que más deseo en este mundo es dejar a un lado el dolor que me ha causado, tirar ese candado de hierro que inconscientemente he puesto en mi corazón impidiendo el paso a todo ser viviente, pero me resulta imposible porque cada noche sueño con él y que todo empieza con un no y acaba en un te quiero, noche tras noche tengo que aguantar como se repite una y otra vez lo mismo, la misma sensación de bienestar cuando sus brazos rodean mi cuello o cuando su boca suave tras una larga discusión se desliza por mi hombro lenta y calidamente como si del más bello atardecer se tratase, con esa elegancia, con esa seguridad que le caracteriza. Despertarme con la imagen de su sonrisa, con un nudo en la garganta y un dolor intenso en el corazón. Y en mi pensamiento una única palabra: él.

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